Controla el estrés, mejorarás tu salud bucal
El estrés es considerado como la enfermedad del siglo XXI y afecta a cualquier individuo sin tener en cuenta edad o sexo. La Organización Mundial de la Salud (OMS) lo considera como una epidemia global. Aunque no es perjudicial en sí mismo, ya que nos pone en alerta para afrontar situaciones novedosas, si no somos capaces de controlarlo son conocidas sus consecuencias en la salud en general y su relación directa con enfermedades crónicas, pero no es tan conocida su relación con la salud bucal.
El estrés es una respuesta automática de nuestro cuerpo ante cualquier cambio ambiental, externo o interno, que nos prepara para hacer frente a las posibles demandas que se generan como consecuencia de la nueva situación. Los problemas comienzan cuando se convierte en un compañero de nuestro día a día, cuando no somos capaces de gestionarlo correctamente.
¿Cómo afecta el estrés a nuestra boca?
La primera de las consecuencias del estrés en la salud bucodental es el descuido de la higiene bucal; las personas con estrés se cepillan menos y no lo hacen adecuadamente, no acuden regularmente al dentista, no siguen una dieta saludable… poniendo en riesgo su salud bucal y general.
La evidencia científica ha demostrado que el estrés es un factor de riesgo que favorece la aparición de enfermedades bucodentales como:
- Periodontitis o piorrea. El estrés es uno de los factores de riesgo de las enfermedades de las encías, junto a otros como la predisposición genética, la higiene bucal y el consumo de tabaco o alcohol, que además suele aumentar en situaciones de estrés. El cortisol, conocido como la hormona del estrés, puede generar inflamación en diferentes puntos de nuestro cuerpo, lo que propicia un mayor riesgo de la enfermedad periodontal.
- Bruxismo. En etapas de estrés tendemos a apretar y rechinar los dientes de forma involuntaria, durante el día o mientras dormimos, provocando su desgaste e incluso fracturándolos. Esta acción puede provoca dolores musculares en la zona de la articulación, dolores de cabeza, cuello, cara e incluso de espalda.
- Aftas y herpes. Pueden aparecer cuando estamos bajo una excesiva presión ya que el estrés hace que el organismo se encuentre con las defensas bajas. Algo similar ocurre con los herpes o calenturas, causados por el virus del herpes simple (HSV-1): aunque superemos la enfermedad, éste se queda alojado en los llamados ganglios de Gásser y se libera bajo situaciones de estrés, fatiga o embarazo, entre otras.
- Sequedad bucal, caries y mal aliento. El estrés disminuye la producción de saliva aumentando las posibilidades de sufrir xerostomía o síndrome de la boca seca, que irrita los tejidos blandos de la boca, haciéndolos más susceptibles a las infecciones, provocando un aumento de caries dental e incluso contribuye al mal aliento. Además, en las encías, la sequedad de la boca aumenta la placa bacteriana y la incidencia y gravedad de la enfermedad periodontal.
Un descanso adecuado y el disfrute del tiempo de ocio, una alimentación sana y equilibrada, la realización de ejercicio físico moderado, ayudan a controlar el estés y, por tanto, a mantener una adecuada salud bucal.
Si sufres de estrés, lo mejor es que cuando acudas a nuestra clínica dental en Ourense, nos lo comuniques para ayudarte a extremar el cuidado de tu salud bucal.