La ortodoncia ha experimentado una rápida evolución en muy poco tiempo gracias a la apuesta de la odontología por ofrecer a los pacientes tratamientos menos agresivos, más cómodos y estéticos. No todo el mundo quiere pasar meses con unos hierros en la boca que además de afear la sonrisa pueden llegar a afectar a la autoestima.
Gracias a ello, existen brackets estéticos y menos voluminosos, casi transparentes que, además, resultan más cómodos para el paciente al contacto con la lengua y la cara interna de las mejillas.
- Brackets de cerámica: tienen una superficie blanquecina con una elevada opacidad y resistencia.
- Bracktes de zafiro: son totalmente transparentes, por lo que pasan desapercibidos dado su alto mimetismo con el diente. Una de sus ventajas es que con el paso del tiempo, mientras dura el tratamiento, su color no sufre cambios. Ofrecen mayor comodidad al paciente por su alto grado de pulido.
- Brackets de plástico: dentro de los tipos de brackets estéticos son los que más se ven ya que, a pesar de su color, son porosos y opacos, y presentan el inconveniente de que su tono puede variar a lo largo con el tratamiento según los alimentos y mucho más si no se realiza una correcta higiene bucodental. Además, son el tipo de brackets estéticos más frágiles.
